sangre y fuego, luz y oro;
soy agradable y cálido,
participo del amor y de la elocuencia,
en mí nace intuición, inspiración y ambivalencia;
evoco a la felicidad y a la energía.
Anaranjado escondo mi disimulo,
del espíritu soy el color,
azafrán monje budista;
soy optimista y estimulante, entusiasta,
animoso de la nueva energía,
y si pinto tu color, la creatividad será mía.
Jesús Paredes Ortíz